Rafael Pulido, un cordobés que vive en Zaragoza, consiguió capturar este exclusivo pez en el embalse de Ribarroja, en el término de Mequinenza
Dicen que en el embalse de Riba Roja hay un número muy reducido de carpas royales, solamente unas 10. Por lo que, tal y como indica Rafael Pulido, «había pescado el pez de mis sueños«.
Pulido tiene 25 años, es de Villaviciosa de Córdoba pero vive en Zaragoza por trabajo, lleva pescado desde los 12 años. Poco poco comenzó a interesarme por la pesca de la carpa (carpfishing) y desde entonces, solo práctico esta modalidad.
No era la primera vez que Rafael acudía a pescar al embalse de Riba Roja, y siempre que lo hace, es con el objetivo de lograr capturar una de las escasas «royales» que hay. En esta ocasión, se dirigió al término de Mequinenza, animado y preparado, pero sin saber que la jornada le depararía la captura de su vida.
Preparó esta sesión en solitario, poniendo el equipo a punto, pensando en el tipo de cebo y, sobre todo, donde iba a colocarse para lanzar sus cañas. Una vez llegó al lugar que tenía planeado, no lo convenció la alta cantidad de gente que había en esa zona pescando, así que decidió pasar la noche allí y al día siguiente cambiarse de lugar.
Colocó sus cañas en una nueva ubicación y después de unas 12 horas, una de ellas se arrancó de forma espectacular, tal y como nos relata el propio Rafael. Estuvo unos 10 minutos intentando traer el pez a la orilla pero se le quedó enganchado y rápidamente se metió con la barca. Una vez llegó hasta el animal, no daba crédito a lo que veían sus ojos. Pulido recuerda como parecía que el corazón se le iba a salir por la boca de la emoción al ver el ejemplar que había pescado. Tras un rato, con mucha paciencia y habilidad, pudo meterlo en la sacadera.
Cuando llegó a la orilla con el pez, lo depositó en la moqueta para que no se hiciera daño, ese fue el momento en el que se percató de que había pescado el pez de sus sueños.
Este cordobés no acababa de creérselo, «Sé que algo así es muy difícil de superar en la vida, pescar unos de los peces más grandes de España, royal, con esa genética tan única y en solitario. Todo un sueño hecho realidad«.
Tras las fotos de rigor, Rafael, como buen aficionado a este deporte, devolvió el pez al agua, para que continuara nadando y viviendo en libertad.
Rafael muestra su afición a esta disciplina a través de su perfil de Instagram @Pulidocarp