Durante el acto se presentó el informe Oliveras de resistencia: Escuchando las voces de Campesinas de Battir
La Sala Aurora de Fraga acogió esta semana la proyección del documental Hijas de la Nakba: Voces de mujeres palestinas, un acto organizado por el Movimiento Oliveras de Resistencia, La Sindical y la propia sala cultural. El encuentro —que reunió a vecinas y vecinos de la comarca— se centró en visibilizar la realidad que viven las campesinas palestinas, especialmente las agricultoras de Battir, cuyo testimonio se ha convertido en símbolo de resistencia y defensa del territorio.
El evento se enmarcó en la campaña “No dejemos de hablar de Palestina”, con el objetivo de mantener viva la conversación pública sobre la situación de la población rural palestina y reforzar los lazos que unen a los pueblos mediterráneos a través de la tradición olivarera.


Testimonios desde Battir: una cosecha marcada por la violencia
Durante el acto se presentó el informe Oliveras de resistencia: Escuchando las voces de Campesinas de Battir, resultado de un encuentro virtual celebrado el pasado 9 de octubre entre mujeres agricultoras palestinas y colectivos de Aragón, Catalunya y otras regiones del Estado.
Entre los testimonios recogidos destacan los de Samah, presidenta de la Asociación Cooperativa de Battir, quien explicó que la cosecha de la aceituna —base económica de muchas familias— está gravemente amenazada por los controles militares, destrucción de caminos, requisas y sabotajes del aceite. “No vamos a abandonar nuestras casas y nuestros campos. Estamos dispuestas a morir bajo nuestros árboles”, afirmó.
Jihad, otra campesina, relató cómo los colonos israelíes cortaron los 46 olivos que había plantado alrededor de su vivienda. Aun así, mantiene la esperanza de que la comunidad palestina recuperará algún día su tierra: “Somos como las raíces: siempre estamos ahí debajo de la tierra”.
La joven universitaria Aseel, cuya familia sufre detenciones y controles constantes, denunció la violencia cotidiana: “Nos lo han robado todo: las casas, las cosechas y hasta la cultura”.
Finalmente, Inas recordó que la casa de su familia fue demolida hace 30 años y que, aun con documentos de propiedad, sigue bajo amenaza. “Nos están robando también la cultura que hemos creado durante generaciones”, señaló.
Una campaña de apoyo económico para sostener la resistencia campesina
Las organizaciones implicadas recordaron que, actualmente, la única forma directa de apoyo es la ayuda económica, destinada a cubrir transporte, material confiscado, gastos del molino o pérdidas derivadas de la requisa de aceitunas.
Se ha habilitado un enlace de donaciones para colaborar con la Asociación Cooperativa de Battir para la Fabricación y Producción de Alimentos: https://www.migranodearena.org/reto/cosecha-de-la-oliva-en-battir-patestina
Los organizadores se suman en Fraga a la defensa de una tradición que une a ambos pueblos
Los organizadores destacaron que la recogida familiar de la oliva, todavía muy presente en Fraga y el Bajo/Baix Cinca, enlaza emocional y culturalmente con la experiencia de los pueblos mediterráneos, incluidas las comunidades palestinas que hoy sufren la devastación del conflicto.
“Las oliveras que cruzan fronteras nos recuerdan que la resistencia no violenta sigue viva y que cada cosecha es un acto de dignidad”, señalaron desde el Movimiento Oliveras de Resistencia.
El acto concluyó con un llamamiento a mantener viva la conversación pública sobre Palestina y a apoyar a quienes continúan defendiendo su tierra, su cultura y su forma de vida.







