En el último año, Aragón ha sufrido dos incendios graves en residencias de personas mayores, con varios fallecidos y heridos
Los incendios en residencias de mayores, como el gravísimo suceso en junio en Zaragoza, han obligado a poner el foco sobre la seguridad en centros de atención y a observar en detalle las medidas de prevención de etas instalaciones.
El incendio en la residencia DomusVi Zalfonada, en Zaragoza, dejó un fallecido de 93 años y otros 19 heridos por inhalación de humo, afectando a 45 de los 132 residentes evacuados, tal y como recogían los medios. En otro trágico episodio, en Villafranca de Ebro en noviembre de 2024, diez internos perdieron la vida por un suceso similar. Estas tragedias han empujado al Gobierno de Aragón a reforzar recomendaciones, prohibiendo la carga nocturna de móviles y scooters eléctricos en residencias, y promoviendo el uso de materiales ignífugos.
Adaptación progresiva en Fraga
Desde diario Bajo Cinca hemos consultado con los expertos en atención a las personas en este tipo centros, para conocer las medidas de seguridad que se adoptan para evitar sucesos como los ocurridos en Aragón este último año. Natalia Fortón, directora de la Residencia Sagrado Corazón de Jesús en Fraga, nos ha explicado las mejoras que llevan ejecutando en sus instalaciones desde hace varios años, no solo en materia de cuidados y bienestar de los residentes, sino también en medidas prevención y protección.
En Fraga, la Residencia Sagrado Corazón de Jesús ha iniciado una actualización progresiva de seguridad para cumplir la normativa vigente del Código Técnico de la Edificación (CTE). Esta reforma incluye:
- Instalación de sistemas automáticos de detección y alarma.
- Sectorización mediante puertas y paneles resistentes al fuego.
- Mejora de rutas de evacuación, con nueva señalización, iluminación de emergencia y adaptaciones para sillas de ruedas.
- Construcción de escaleras de emergencia adicionales tras una reciente ampliación.
- Revisión del plan de autoprotección, con formación continua para el personal.
Estos avances, buscan minimizar los riesgos y asegurar que el centro esté preparado para emergencias, tal y como nos explicaba Sergio Agustín de Espacio Diseño, estudio encargado del proyecto de prevención descrito: «Las mejoras son esenciales para cumplir la normativa y garantizar una respuesta eficaz en caso de incendio”.
Por otro lado, Natalia Fortón, directora del centro, subraya que “la seguridad siempre ha sido una prioridad. Queremos que las familias sientan la tranquilidad de estar en un lugar preparado para cualquier situación”. Por eso, se siente consternada al leer trágicas noticias como los sucesos de Zaragoza.




Claves para prevenir tragedias
Ante antecedentes graves, expertos coinciden en reforzar medidas esenciales:
- Mantenimiento e inspección constante de equipos, alarmas y elementos cortafuego.
- Prohibición de carga nocturna de dispositivos eléctricos dentro de habitaciones.
- Formación específica del personal, con simulacros regulares y protocolos actualizados.
- Infraestructura adaptada, con rutas despejadas y accesibles para personas con movilidad reducida.
- Sectorización eficaz, que limite el avance del fuego y facilite la evacuación controlada.


Aragón toma nota
El Departamento de Bienestar Social de Aragón ya impuso nuevas recomendaciones tras los incendios en Zaragoza, instando a no cargar móviles o sillas eléctricas por la noche y a mejorar las condiciones materiales y protocolos de evacuación. Además, UGT y otros sindicatos denuncian la escasa ratio de personal y carencias estructurales en los centros, algo que, afortunadamente nada tiene que ver con la residencia de Fraga.
La experiencia reciente demuestra que la protección contra incendios en residencias de mayores no admite demoras. En Fraga, la iniciativa de la Sagrado Corazón refuerza la evidencia de que las inversiones en infraestructura y formación ofrecen no solo cumplimiento normativo, sino también la confianza de residentes y familias. El objetivo: un entorno seguro donde las personas mayores reciban cuidados sin exponerse a riesgos evitables.