¿Estamos perdiendo las muelas del juicio? Esto es lo que dice la ciencia

muelas juicio

Las muelas del juicio —también conocidas como terceros molares— han causado molestias y extracciones durante décadas. Pero ¿y si la especie humana estuviera en proceso de “perder” estas piezas dentarias?

Las muelas del juicio —también conocidas como terceros molares— han causado molestias y extracciones durante décadas. Pero ¿y si la especie humana estuviera en proceso de “perder” estas piezas dentarias? Diversos estudios recientes apuntan a un incremento en la agenesia, es decir, la ausencia congénita del tercer molar. Factores genéticos, dietéticos y evolutivos podrían estar detrás de esta tendencia. En este artículo resumimos la evidencia científica, las posibles causas y las implicaciones para la salud dental y la evolución humana.

Como es habitual en Diario del Bajo Cinca, hemos preguntado a nuestro partner de referencia en cuestiones de salud bucodental, Clínica Dental Fraga. La doctora Rosana Pascual nos ha indicado que, efectivamente, los estudios demuestras que, por temas evolutivos, parece ser que el ser humano está perdiendo las muelas del juicio.

«Nuestros antepasados necesitaban una mandibula más grande y estas piezas para masticar alimentos como carne cruda y raices. Pero en la actualidad, la industria alimentaria y la evolución social han facilitado mucho todo el tema de alimentos y ya no necesitamos estas piezas«.

¿Qué es la agenesia del tercer molar?

La agenesia del tercer molar se refiere a la falta de formación de una o varias muelas del juicio desde el nacimiento. Estudios poblacionales recientes estiman que un porcentaje creciente de personas en todo el mundo carece de uno o más terceros molares. Esta ausencia puede variar según el origen étnico, la genética familiar y las condiciones ambientales durante el desarrollo.

Evidencia científica: ¿realmente están desapareciendo?

Tal y como indicaba la doctora Rosana Pascual, los estudios sugieren que sí. La evidencia se apoya en dos líneas principales:

  1. Estudios poblacionales y revisiones sistemáticas muestran una frecuencia creciente de ausencia de terceros molares en poblaciones modernas comparadas con registros antiguos. Esto apunta a una posible microevolución o cambio adaptativo.
  2. Investigaciones anatómicas y antropológicas documentan una tendencia a mandíbulas más pequeñas y caras más estrechas en humanos modernos, vinculadas a la dieta y a cambios en el uso de la masticación. Estas modificaciones reducen el espacio disponible para las muelas del juicio.

Causas propuestas

Genética

La formación o ausencia del tercer molar tiene una base genética clara. Existen variaciones heredables que influyen en el número y tamaño de los dientes. Algunos investigadores creen que, con el tiempo, los genes responsables de la formación de los terceros molares podrían estar expresándose con menor frecuencia.

Cambios en la dieta y estilo de vida

El paso de una dieta dura y rica en fibras a una alimentación más blanda y procesada ha reducido la necesidad de masticación intensa. Esto ha provocado mandíbulas más pequeñas y menor espacio para la erupción de las muelas del juicio. En consecuencia, muchas quedan impactadas o no llegan a formarse.

Práctica clínica e intervención humana

Durante el último siglo, la extracción preventiva de las muelas del juicio se ha vuelto común. Aunque esto no influye directamente en la genética, sí altera las estadísticas de presencia y conservación de estos dientes en la población moderna. Además, el hecho de que ya no sean funcionalmente necesarias podría contribuir a su pérdida evolutiva.

En conclusión, la ciencia confirma que cada vez más personas nacen sin muelas del juicio, y que este fenómeno podría representar una adaptación evolutiva al modo de vida moderno. Las causas principales son genéticas, pero se ven potenciadas por el cambio de dieta y el tamaño reducido de las mandíbulas humanas.
Aunque no hay evidencia de que vayan a desaparecer por completo, los terceros molares parecen ser un vestigio en retirada de nuestra historia evolutiva. Un recordatorio de que la evolución humana sigue actuando, incluso en algo tan cotidiano como nuestra sonrisa.

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