Así se monta un elevador hidráulico, paso a paso

Detrás de cada elevador hay un proceso técnico muy cuidado que puede resumirse en seis fases principales que te explicamos en este artículo realizado en colaboración con Salleras Elevación

La instalación de un elevador hidráulico es un trabajo de precisión que combina ingeniería, seguridad y adaptación al entorno. En los últimos años, este tipo de sistemas se ha extendido en viviendas y comunidades del Bajo/Baix Cinca, donde la demanda de soluciones para mejorar la accesibilidad va en aumento.

Según explican en el BLOG de Salleras Elevación, empresa especializada en este tipo de instalaciones con con sede en Fraga, detrás de cada elevador hay un proceso técnico muy cuidado que puede resumirse en seis fases principales.

1. Preparación del hueco

Todo comienza con la preparación del espacio donde se ubicará el elevador. En esta etapa se realizan mediciones, comprobaciones del nivel del suelo y de la resistencia de la base, así como la instalación de la vigueta superior, que servirá de soporte para el pistón hidráulico.
Una correcta preparación es esencial para garantizar que el elevador encaje perfectamente y funcione de forma segura.

2. Descarga y organización del material

Una vez listo el hueco, se recibe el material necesario: guías, pistón hidráulico, chasis, cabina y puertas. Cada componente se revisa y organiza antes del montaje para optimizar tiempos y evitar errores.
Los equipos utilizados deben cumplir la normativa europea y adaptarse a las características de cada edificio o vivienda.

3. Instalación de guías y pistón hidráulico

En esta fase se colocan las guías, que marcan el recorrido de la cabina, y se instala el pistón, responsable de impulsar el sistema mediante presión hidráulica.
Los técnicos se encargan de nivelar las guías con precisión milimétrica y conectar las primeras líneas hidráulicas y eléctricas, garantizando estabilidad y silencio en el funcionamiento.

4. Montaje del chasis y la cabina

Con la estructura principal ya fijada, se monta el chasis, que actúa como esqueleto del elevador, y después la cabina. En este paso se revisa que todo quede perfectamente alineado y adaptado al espacio disponible, combinando funcionalidad y estética.

5. Instalación de puertas y remates

La siguiente fase se centra en la seguridad y el acabado estético. Se colocan las puertas de cabina y de planta, se sellan marcos y se ajustan bisagras y cierres. El objetivo es lograr una integración visual y funcional con el entorno de la vivienda o edificio.

6. Pruebas y puesta en marcha

Antes de la entrega, el elevador pasa por una serie de comprobaciones: velocidad de desplazamiento, nivelación, respuesta de los sistemas de parada y seguridad, y correcto funcionamiento de la botonera.
Solo cuando todo cumple con los estándares técnicos y normativos, el equipo se considera listo para su uso.

Accesibilidad y futuro

Los elevadores hidráulicos se han convertido en una herramienta fundamental para garantizar la accesibilidad en municipios como Fraga, Zaidín o Torrente de Cinca. Su instalación, aunque técnica y compleja, aporta una mejora directa en la calidad de vida de las personas con movilidad reducida.

El proceso completo, documentado por Salleras Elevación en su blog, muestra el nivel de especialización que requiere cada proyecto y cómo la combinación de experiencia local y tecnología contribuye a hacer del Bajo Cinca un territorio más habitable y accesible.

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