El «matagigantes» Cerdanyola, equipo anfitrión de la copa, superó a las aragonesas con un marcador de 1-3
El sueño del CP Esneca Fraga de repetir una final en la Copa de la Reina Iberdrola se ha desvanecido este sábado en el Pavelló Can Xarau, donde el «matagigantes» Cerdanyola CH firmó un partido impecable para sellar su pase a la final con un contundente 1-3. Las aragonesas, que habían brillado en cuartos, se vieron sorprendidas por la intensidad y efectividad de un Cerdanyola que mostró su mejor versión en el momento más decisivo.
El equipo anfitrión eliminó al Telecable Gijón, vigente campeón de Liga en cuartos, reafirmando a las catalanas como un equipo a tener en cuenta.
El Cerdanyola, arropado por su afición, golpeó primero y muy pronto. En el minuto 3, Carla Castro abrió el marcador tras una rápida transición que desarboló la defensa fragatina. El tanto hizo daño a un Fraga que no encontraba ritmo ni profundidad. Las catalanas, bien organizadas atrás y con una presión alta muy eficaz, no permitían al equipo de Jordi Capdevila desarrollar su juego habitual.
Antes del descanso, Gemma Solé, la capitana del Cerdanyola, ampliaba la ventaja con un certero disparo tras recuperar bola en media pista. El 0-2 ponía en apuros a un Fraga que debía remontar contracorriente.
Tras el paso por vestuarios, el Esneca intentó reaccionar, pero cuando parecía encontrar huecos, llegó el mazazo definitivo: Noa González hacía el tercero para el Cerdanyola y encarrilaba la eliminatoria. Solo entonces el Fraga consiguió recortar distancias con un tanto de Adriana Soto, que empujó a la red una bola suelta tras una jugada embarullada en el área.
El gol dio algo de esperanza a las aragonesas, pero el cronómetro corría en su contra y el Cerdanyola no perdió la compostura. A pesar de intentarlo hasta el final, con disparos lejanos y alguna acción aislada de Julieta Fernández, el Fraga no pudo romper el sólido muro defensivo de las locales.
Con esta derrota, el CP Esneca Fraga pone fin a su andadura copera en semifinales, mientras que el Cerdanyola, que llegaba como outsider, se planta en la final con autoridad y confianza.
